Lista de contenido:
- Introducción:
- Definición de Diabetes tipo 1 en niños.
- Método para el cálculo de las necesidades calóricas en niños con diabetes tipo 1
- Proceso de determinación de la ingesta calórica en niños con diabetes tipo
- Alimentos que se deben evitar consumir..
- Cuales son las frutas más recomendables para niños con diabetes tipo 1
- Tipos de Insulina y dosis diarias.
- Recomendaciones
Introducción:
La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica que afecta a niños de todas las edades, pero su manejo en el grupo de 3 a 12 años presenta desafíos únicos debido a que durante esta etapa, los niños están experimentando una fase intensa de crecimiento y desarrollo, lo que puede complicar la gestión de la diabetes tipo 1 debido a los cambios constantes en las necesidades nutricionales, niveles de actividad física y sensibilidades a la insulina. Este artículo revisa información de interés para las familias con niños con esta enfermedad, así como los elementos clave en el tratamiento y manejo de la diabetes tipo 1 en esta población, abordando algunos temas significativos como la definición de la diabetes tipo 1 en niños, cálculo y determinación de ingesta calórica, selección de alimentos y porciones, alimentos que deben evitarse, frutas recomendadas, tipos de insulina y dosis, así como las respectivas recomendaciones. También es importante resaltar que no solo la terapia farmacológica, nutricional y el ejercicio físico son aspectos relevantes en el manejo de este tipo de enfermedad en niños, sino que también es necesario un enfoque integral que incluya aspectos psicológicos y sociales.
Definición de Diabetes tipo.
La diabetes tipo 1 en niños se caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, lo que resulta en deficiencia absoluta de insulina. Esto conduce a la hiperglucemia crónica y requiere la administración de insulina exógena para mantener el metabolismo de la glucosa en rangos normales.
Método para el cálculo de las necesidades calóricas en niños con diabetes tipo 1.
Este enfoque implica utilizar fórmulas y estimaciones para calcular las necesidades calóricas basadas en factores como la edad, el peso, la altura, el nivel de actividad física, las necesidades metabólicas y el estado de salud del niño. Se utilizan ecuaciones como la fórmula de Harris-Benedict para estimar el gasto energético basal y luego se aplican factores de actividad para determinar las necesidades calóricas totales. El cálculo de la ingesta calórica es una aproximación inicial que proporciona una estimación general de las necesidades energéticas del niño y que pueden variar según las circunstancias individuales de cada uno. A continuación, se presenta un enfoque general para calcular las necesidades calóricas:
- Determinar el peso y la estatura del niño: Utiliza las tablas de crecimiento estándar para niños de su edad y género para obtener el peso y la estatura actual del niño.
- Cálculo del gasto energético basal (GEB): El GEB es la cantidad de calorías que el cuerpo necesita para mantener sus funciones básicas en reposo. Se puede utilizar la fórmula de Harris-Benedict para calcular el GEB:
Para niños:
GEB = 88.362 + (13.397 x peso en kg) + (4.799 x altura en cm) - (5.677 x edad en años)
- Ajustar el GEB según el nivel de actividad física: Multiplicar el GEB por el factor de actividad física correspondiente al nivel de actividad del niño. Por ejemplo:
- Sedentario (poco o ningún ejercicio): GEB x 1.2
- Moderadamente activo (ejercicio ligero de 3 a 5 días por semana): GEB x 1.375
- Activo (ejercicio moderado de 3 a 5 días por semana): GEB x 1.55
- Muy activo (ejercicio intenso de 6 a 7 días por semana): GEB x 1.725
- Considerar la gestión de la diabetes tipo 1: Es importante tener en cuenta cualquier necesidad dietética específica relacionada con el manejo de la diabetes tipo 1, como la necesidad de controlar los carbohidratos y la glucosa en sangre.
Debido a la complejidad y la variedad de factores involucrados en el abordaje de una enfermedad como la diabetes tipo 1 en niños, lo recomendable y éticamente responsable es consultar a un profesional de la salud: un dietista registrado o un endocrinólogo pediátrico. Esto permitirá obtener una evaluación más precisa y personalizada de las necesidades calóricas del niño, así como recomendaciones específicas sobre la composición de la dieta y el control de la diabetes tipo 1, de manera que se satisfagan las necesidades nutricionales del niño de manera adecuada y segura.
Proceso de determinación de la ingesta calórica en niños con diabetes tipo 1.
La determinación de la ingesta calórica en niños con diabetes tipo 1 implica un enfoque más detallado y específico en el proceso. No solo se consideran las necesidades individuales del niño, sino también otros factores adicionales como la respuesta glucémica a los alimentos, las preferencias dietéticas y los objetivos de control glucémico. La determinación de la ingesta calórica generalmente implica trabajar con un equipo médico, que puede incluir un endocrinólogo pediátrico y un dietista registrado, para evaluar y ajustar las necesidades calóricas según la situación única del niño. Este proceso puede incluir pruebas de glucosa en sangre, análisis de la dieta y ajustes basados en la respuesta del niño a los alimentos y la insulina. En este sentido, para evitar confusiones, es necesario aclarar que mientras el cálculo de la ingesta calórica proporciona una estimación general basada en fórmulas y promedios, la determinación de la ingesta calórica implica un proceso más personalizado y específico que considera las necesidades individuales del niño con diabetes tipo 1.
Las cantidades calóricas específicas de una dieta saludable y adecuada para un niño con diabetes tipo 1 pueden variar según varios factores, como la edad, el peso, la altura, el nivel de actividad física y las necesidades metabólicas individuales del niño. Sin embargo, proporcionar una estimación general puede ayudar a guiar la planificación de la dieta. Para un niño con diabetes tipo 1, las necesidades calóricas pueden oscilar entre 1,200 y 2,000 calorías por día, dependiendo de los factores mencionados anteriormente. Estas calorías deben provenir de una combinación equilibrada de carbohidratos, proteínas y grasas, con un enfoque particular en controlar los carbohidratos para regular los niveles de glucosa en sangre.
Las dietas recomendadas para niños con diabetes tipo 1 se centran en el control de los niveles de glucosa en sangre y en el mantenimiento de un peso saludable. Se recomienda una dieta balanceada que incluya una variedad de alimentos, con énfasis en carbohidratos complejos, como granos enteros, frutas y verduras. Se deben evitar los alimentos con alto contenido de azúcares refinados y grasas saturadas, ya que pueden desencadenar picos de glucosa en sangre.
A continuación, se detallan tres tipos de dietas típicas para niños diabéticos tipo 1 de aproximadamente 4 años de edad, a quienes se les ha calculado una ingesta calórica de 1350 calorías por día, como la cantidad necesaria para comenzar con el monitoreo de glucosa en sangre a los efectos de establecer las dosis de insulina hasta llegar al punto de equilibrio donde los niveles de glucosa fluctúan dentro del rango médicamente recomendado. Estas dietas están diseñadas para proporcionar una nutrición equilibrada y ayudar a mantener niveles estables de glucosa en sangre; sin embargo, es oportuno comentar que estas dietas solo sirven en el presente trabajo como una orientación en general, ya que cada niño o persona que sufre esta enfermedad es única y, en consecuencia, los tratamientos, incluyendo dietas, deben ser producto de una evaluación científica por parte de profesionales especialistas en la materia. En atención a lo descrito anteriormente, se presentan:
Dieta 1:
- Desayuno: 1 taza de cereal de avena cocida con leche descremada, 1/2 taza de fresas frescas y 1 rebanada de pan integral tostado con 1 cucharadita de mantequilla de maní.
- Almuerzo: 1 sándwich de pavo en pan integral con lechuga y tomate, 1 pequeña manzana y 1 yogur natural sin azúcar añadido.
- Merienda: 1 zanahoria pequeña cortada en palitos y/o 2 cucharadas de hummus.
- Cena: 85 g de pechuga de pollo a la parrilla, 1/2 taza de arroz integral cocido, 1 taza de brócoli al vapor y 1 rodaja de piña fresca.
Dieta 2:
- Desayuno: 1 tortilla de huevo con espinacas y queso bajo en grasa, 1/2 taza de uvas y 1 rebanada de pan integral.
- Almuerzo: Ensalada de pollo a la parrilla con verduras mixtas y aderezo de vinagreta balsámica, 1 naranja pequeña y 1 puñado de almendras.
- Merienda: 1 yogur griego bajo en grasa con 1 cucharadita de miel y/o 3 galletas integrales.
- Cena: 85 g de salmón al horno con limón y hierbas, 1/2 taza de quinoa cocida, espárragos al vapor con una pizca de sal y aceite de oliva y 1 pera pequeña.
Dieta 3:
- Desayuno: 1 batido de frutas con leche descremada, plátano y bayas y 1 rebanada de pan integral con 1 cucharadita de mermelada sin azúcar añadido.
- Almuerzo: Rollitos de jamón y queso con vegetales crudos (pepino, zanahoria, pimiento), 1/2 taza de piña fresca y 1 yogur natural bajo en grasa.
- Merienda: 1 manzana pequeña y/o 2 cucharadas de queso cottage bajo en grasa.
- Cena: 85 g de carne magra de res a la parrilla, 1/2 taza de pasta integral cocida con salsa de tomate casera, ensalada mixta con vinagreta de limón y 1 melocotón pequeño.
Estas dietas proporcionan una variedad de nutrientes esenciales y opciones de alimentos saludables para ayudar a controlar los niveles de glucosa en sangre de un niño con diabetes tipo 1, mientras se asegura un aporte calórico adecuado para su edad y desarrollo. Siempre es importante ajustar las porciones y los alimentos según las necesidades individuales del niño y en consulta con un médico o un dietista registrado.
Alimentos que se deben evitar consumir.
Los niños con diabetes tipo 1 deben evitar consumir alimentos que puedan provocar picos de glucosa en sangre o que contengan cantidades excesivas de azúcares simples y carbohidratos de rápida absorción. Aquí hay algunos ejemplos específicos de alimentos que se deben limitar o evitar:
Azúcares refinados: Incluyen alimentos como dulces, caramelos, pasteles, galletas, chocolates, helados y productos de panadería.
Bebidas azucaradas: Refrescos, jugos de frutas con azúcar añadido, bebidas energéticas y bebidas deportivas.
Cereales azucarados: Cereales para el desayuno con alto contenido de azúcar agregada, como algunos tipos de cereales para niños.
Bollería y snacks procesados: Palomitas de maíz con caramelo, galletas rellenas de crema, barras de cereal con alto contenido de azúcar, papas fritas y otros snacks salados y dulces.
Alimentos fritos y grasos: Comida rápida como hamburguesas, papas fritas, pollo frito, y otros alimentos fritos o con alto contenido de grasas saturadas.
Frutas con alto contenido de azúcar: Algunas frutas tienen un contenido de azúcar natural más alto que otras y pueden provocar picos en los niveles de glucosa en sangre si se consumen en grandes cantidades. Estas incluyen: uvas, mangos, higos, plátanos maduros y cerezas
Frutas enlatadas en almíbar: Las frutas enlatadas en almíbar contienen altas cantidades de azúcar añadido. Es preferible optar por frutas frescas o enlatadas en su propio jugo.
Salsas y aderezos con alto contenido de azúcar: Salsas para ensaladas, aderezos para sándwiches y condimentos con alto contenido de azúcar, como la salsa de barbacoa o la mayonesa endulzada.
Cereales refinados: Pan blanco, arroz blanco, pasta regular, que se convierten rápidamente en azúcar en el cuerpo.
Es importante leer detenidamente las etiquetas de los alimentos para identificar el contenido de azúcares y carbohidratos, y elegir opciones más saludables y nutritivas. Además, es fundamental seguir las recomendaciones dietéticas del equipo médico que lleva el tratamiento de la diabetes del niño.
Cuáles son las frutas más recomendables para niños con diabetes tipo 1?
Para niños de entre 3 y 12 años, es importante elegir cuidadosamente las frutas que consumen, especialmente si tienen diabetes tipo 1 u otras preocupaciones de salud. Aquí hay algunas pautas generales sobre las frutas que pueden recomendables:
Bayas: Las bayas como fresas, frambuesas, arándanos y moras tienden a tener un menor contenido de azúcar y son ricas en fibra y antioxidantes. Son excelentes opciones para niños con diabetes tipo 1.
Manzanas y peras: Estas frutas tienen un contenido de azúcar moderado y son ricas en fibra, lo que ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre.
Cítricos: Naranjas, mandarinas, limones y limas son buenas opciones debido a su contenido de vitamina C y su bajo índice glucémico.
Melones: Melón cantalupo, melón honeydew y sandía son frutas refrescantes con un contenido moderado de azúcar y son una excelente fuente de vitaminas y minerales.
Kiwi: El kiwi es bajo en azúcar y alto en vitamina C, fibra y otros nutrientes esenciales.
Es importante recordar que las frutas frescas deben consumirse como parte de una dieta equilibrada y en porciones controladas.
Tipos de Insulina y dosis diarias:
Existen varios tipos de insulina disponibles para el tratamiento de la diabetes tipo 1 en niños, incluyendo insulina de acción rápida, intermedia y prolongada. La dosis diaria de insulina varía según las necesidades individuales de cada niño, que pueden estar influenciadas por factores como la edad, el peso, la actividad física y la ingesta de carbohidratos. Es crucial trabajar en estrecha colaboración con un equipo médico para ajustar las dosis de insulina según las fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre y las actividades diarias del niño.
Recomendaciones.
El abordaje holístico de la diabetes tipo 1 en niños requiere una atención integral que considere aspectos médicos, nutricionales, emocionales y sociales. Para manejar esta enfermedad de manera eficiente, es recomendable trabajar en colaboración con un equipo médico multidisciplinario y adoptar un enfoque proactivo para brindar a estos niños las herramientas necesarias para llevar una vida plena y activa a pesar de su diagnóstico. También es importante proporcionar apoyo emocional tanto al niño como a su familia, ya que el diagnóstico de diabetes puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de todos los involucrados. La educación continua sobre la enfermedad y la promoción de un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio físico, son clave para garantizar un manejo óptimo a largo plazo.
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