Desde hace algunos años atrás ya se viene afirmando, con el debido rigor científico, la presencia de material plástico en los organismos de los seres vivos del planeta. Específicamente, en el ser humano se han detectado partículas de microplásticos en la sangre, heces y en diferentes órganos.
Se han llevado a cabo diversos estudios científicos sobre el potencial peligro que implica la presencia de estas partículas en la salud de algunas especies, pero aún no son lo suficientemente concluyentes para establecer una relación de causalidad con enfermedades en los seres humanos. La sola sospecha de que los microplásticos ya circulan en el cuerpo humano ha generado una vieja pero preocupante enfermedad: la ansiedad; esta es una nueva variable en la ecuación sanitaria a considerar. También es importante mencionar que tanto los humanos como los animales pueden ser vulnerables a sufrir enfermedades o efectos adversos asociados con la con la ingestión de microplásticos, pero la magnitud de los riesgos y los posibles efectos pueden variar según la especie, el tipo de microplásticos y la cantidad de exposición.
¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son partículas de plástico no biodegradables que tienen dimensiones reducidas, generalmente con un tamaño inferior a 5 milímetros. Estas partículas pueden clasificarse en dos categorías: primarios y secundarios.
Características físicas:
Tamaño:
Los microplásticos generalmente tienen un tamaño que varía desde nanómetros hasta 5 milímetros de longitud. Los nanoplásticos son partículas de plástico en el rango de tamaño de nanómetros.
Forma:
Pueden tener diversas formas, incluyendo fragmentos irregulares, microesferas, fibras y películas delgadas.
Origen:
Los microplásticos primarios son fabricados directamente en forma de partículas pequeñas, como microesferas en productos de cuidado personal o gránulos utilizados en la producción industrial. Los microplásticos secundarios se generan por la descomposición de objetos plásticos más grandes debido a la acción del sol, el viento, el agua y otros factores ambientales.
Color:
El color puede variar según el tipo de plástico original y su exposición a condiciones ambientales.
Flotabilidad:
La flotabilidad de los microplásticos puede variar; algunos pueden flotar en la superficie del agua, mientras que otros pueden hundirse o permanecer suspendidos en la columna de agua.
Características químicas:
Composición:
Los microplásticos pueden estar compuestos de diversos tipos de plásticos, como polietileno, polipropileno, poliestireno, poliéster, poliuretano, entre otros.
Aditivos:
Pueden contener aditivos químicos utilizados en la fabricación de plásticos, como plastificantes, antioxidantes, retardadores de llama, colorantes, etc.
Hidrofobicidad:
La mayoría de los plásticos son hidrofóbicos, lo que significa que repelen el agua, contribuyendo a su persistencia en el ambiente acuático.
Adsorción de contaminantes:
Los microplásticos pueden adsorber compuestos químicos orgánicos e inorgánicos presentes en el medio ambiente, lo que puede afectar su toxicidad y su capacidad para transportar contaminantes.
Degradación:
Los microplásticos pueden fragmentarse aún más a lo largo del tiempo en nanopartículas debido a la acción de factores ambientales como la luz solar y la erosión mecánica.
2. Enfermedades asociadas con la ingesta de microplásticos:
Aunque la investigación sobre los efectos a largo plazo de la ingestión de microplásticos en la salud humana está en curso y todavía hay mucho por aprender, algunos estudios y revisiones sugieren posibles riesgos para la salud asociados con la exposición a estos materiales. Algunas enfermedades y problemas de salud que podrían estar vinculados a la ingestión de microplásticos incluyen:
Inflamación y daño intestinal: Se ha observado en estudios con animales que la exposición a microplásticos puede causar inflamación y daño en el tracto gastrointestinal. Esto podría potencialmente contribuir a problemas gastrointestinales en seres humanos.
Disrupciones endocrinas: Algunos microplásticos contienen aditivos químicos que pueden tener propiedades o la capacidad de interferir con el sistema endocrino de organismos vivos. La exposición a estas sustancias químicas podría interferir con el sistema hormonal y tener efectos negativos en la salud reproductiva y metabólica.
Daño hepático y renal: Hay indicios de que la ingestión de microplásticos podría tener impactos en la función hepática y renal. Estudios en animales han mostrado la acumulación de microplásticos en estos órganos.
Efectos en el sistema inmunológico: La exposición a microplásticos también podría afectar al sistema inmunológico. La presencia de partículas extrañas en el cuerpo podría desencadenar respuestas inflamatorias y tener efectos en la función inmunológica.
Posibles efectos carcinogénicos: Aunque la evidencia es limitada, algunos estudios han sugerido que ciertos tipos de microplásticos podrían tener efectos carcinogénicos.
Es importante señalar que hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre los efectos de los microplásticos en la salud se han realizado en entornos de laboratorio y con animales, y la extrapolación de estos resultados a los humanos debe hacerse con precaución. La cantidad y la duración de la exposición, así como la composición específica de los microplásticos, también son factores críticos que influyen en los posibles riesgos para la salud. Se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre la ingestión de microplásticos y la salud humana.
3. ¿Cómo llegan los microplásticos al organismo humano?
Los microplásticos pueden ingresar al organismo humano de varias formas, principalmente a través de la dieta, la inhalación y la absorción cutánea. Aquí hay un resumen de las principales vías de exposición:
Ingestión a través de alimentos y agua: La principal vía de exposición humana a los microplásticos es a través de la ingestión de alimentos y agua contaminados. Los microplásticos pueden estar presentes en productos marinos, como pescados y mariscos, así como en agua potable, alimentos envasados y otros productos alimenticios. La contaminación puede ocurrir durante la producción, el procesamiento y la preparación de alimentos.
Inhalación: Se ha descubierto que los microplásticos también están presentes en el aire. Pueden liberarse durante la descomposición de productos plásticos más grandes, como bolsas y envases, o provenir de partículas suspendidas en el aire que contienen microplásticos. La inhalación de partículas microplásticas presentes en el aire puede llevar a su entrada en el sistema respiratorio.
Absorción cutánea: Aunque en menor medida que las vías de ingestión e inhalación, la absorción cutánea es otra posible vía de exposición a los microplásticos. Ciertos productos de cuidado personal, como exfoliantes y cremas, pueden contener microplásticos que entran en contacto con la piel. Sin embargo, la magnitud de la absorción cutánea de microplásticos aún no se comprende completamente.
Es importante destacar que la cantidad exacta de microplásticos que una persona puede ingerir o inhalar depende de diversos factores, como la dieta, el estilo de vida y el entorno. Aunque se ha detectado la presencia de microplásticos en diversos tejidos humanos, como el tracto gastrointestinal, los pulmones y los ganglios linfáticos, aún se necesita más investigación para comprender completamente los posibles efectos para la salud asociados con la exposición a largo plazo a estos materiales.
4. ¿Qué hacer para reducir o minimizar los microplásticos en el ambiente?
Reducir y minimizar la presencia de microplásticos en el ambiente es un desafío importante que requiere enfoques a nivel individual, comunitario, industrial y gubernamental. Aquí hay algunas estrategias y técnicas aconsejadas para abordar el problema de los microplásticos:
Reducción del uso de plásticos:
Fomentar el uso de materiales alternativos y biodegradables.
Promover la reutilización y el reciclaje de productos plásticos.
Adoptar prácticas de consumo consciente para reducir la generación de residuos plásticos.
Mejor gestión de residuos:
Implementar sistemas de gestión de residuos eficientes y mejorados para evitar la entrada de plásticos en el medio ambiente.
Desarrollar y aplicar tecnologías avanzadas de reciclaje.
Regulación y políticas:
Establecer regulaciones y políticas para limitar la producción y el uso de plásticos de un solo uso.
Implementar normativas que restrinjan la liberación de microplásticos en el medio ambiente.
Filtración en fuentes de agua:
Instalar sistemas de filtración en plantas de tratamiento de aguas residuales para capturar partículas de microplásticos antes de que lleguen a cuerpos de agua.
Innovación en diseño de productos:
Fomentar el desarrollo de productos diseñados para ser más sostenibles y generar menos microplásticos durante su vida útil y descomposición.
Educación y concienciación:
Educar a la población sobre los impactos ambientales de los microplásticos.
Promover prácticas responsables de gestión de residuos y reducción del consumo de plásticos.
Investigación y monitoreo:
Realizar investigaciones continuas para comprender mejor los riesgos y las fuentes de microplásticos.
Implementar programas de monitoreo para evaluar la presencia de microplásticos en diferentes entornos.
Innovación en tecnologías de eliminación:
Desarrollar tecnologías avanzadas para la eliminación de microplásticos de ambientes acuáticos y terrestres.
Explorar métodos como la biorremediación y la fotodegradación.
Campañas de limpieza:
Organizar campañas de limpieza comunitarias para recoger plásticos y microplásticos presentes en el entorno.
La búsqueda de una reducción o minimizar de manera efectiva la problemática de los microplásticos requiere un enfoque integral que combine medidas preventivas, regulatorias y de limpieza. La colaboración entre la industria, los gobiernos, las comunidades y la investigación científica es esencial para mitigar el impacto de los microplásticos en el medio ambiente.
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