Reducir la huella de CO2 es un objetivo importante en la lucha contra el cambio climático, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero están directamente relacionadas con el calentamiento global y sus efectos negativos sobre el clima y el medio ambiente. Los individuos, las empresas y los gobiernos pueden y deben adoptar estrategias para mejorar la eficiencia energética, cambiar a energías renovables, reducir los residuos, promover prácticas de reforestación, utilizar tecnologías limpias y adecuar la legislación vigente para reducir la huella de carbono; en consecuencia cuantificar este parámetro ambiental implica que podamos hacer seguimiento a los fines de ir evaluando cómo van impactando las estrategias aplicadas en la reducción del impacto de las actividades humanas en el medio ambiente
Una de las actividades humanas que generan un aporte significativo en el incremento de la huella de carbono viene de la circulación de los vehículos de combustión interna, aviones, trenes, automóviles, etc.
La huella de carbono de los vehículos terrestres a gasolina, gas o diesel, se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono (CO2), liberados a la atmósfera como resultado del encendido y operación de los mismos. Estos gases atrapan el calor en la atmósfera, provocando el calentamiento global y el cambio climático. La huella de carbono de un coche se ve afectada por muchos factores, como el tipo de combustible utilizado, gasolina, diésel, gas natural, eficiencia del vehículo, la distancia recorrida, hábitos de conducción y las emisiones de gases contaminantes
En el 2021, la cantidad de vehículos de combustión interna alimentados con los diferentes derivados del petróleo en Estados Unidos representaban alrededor de 250 millones de unidades que circulaban por sus diferentes vías terrestres y las ventas para 2022, se incrementaron en un 15%, lo que representa una proyección total para 2023, en más de 280 millones de vehículos matriculados. La magnitud de esta cifra nos sugiere que el reemplazo de los mismos por parte de autos con fuentes de energía renovables no será posible en el corto tiempo, tal vez décadas.
Actualmente Estados Unidos está implementando tecnologías más limpias, como los vehículos eléctricos, híbridos y de combustible alternativo, para reducir las emisiones de carbono en este tipo de transporte terrestre, donde la demanda de eléctricos se está incrementando paulatinamente, pero aún no es suficiente para desplazar al vehículo a combustión; en este sentido ya algunos países están legislando o tomando medidas dentro de sus normativas legales para restringir y/o abolir los vehículos a combustión interna como una política de preservación del medio ambiente; así como la introducción de nuevas tecnologías para producir energía eléctrica a partir de fuentes renovables. En Estados Unidos, específicamente en el estado de California, se prohibió la venta de automóviles a gasolina a partir de 2035.
Casi 300.000 vehículos eléctricos (EV) nuevos (vehículos totalmente eléctricos de batería) se vendieron en Estados Unidos en el segundo trimestre del 2023, un récord para cualquier trimestre y un aumento del 48,4% con respecto al segundo trimestre de 2022.
Los vehículos eléctricos generalmente tienen una huella de carbono mucho menor en comparación con los vehículos con motor de combustión, pero el tamaño de la reducción depende de factores como la fuente de electricidad y el ciclo de vida.
Este tipo de vehículo y el uso de energías renovables para la generación de electricidad son medidas importantes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y en concecuencia mitigar el cambio climático. La reducción de la huella de carbono producto del uso cada vez mayor del vehículo eléctrico solo será posible cuando la energía eléctrica que requieren para su operación provenga de fuentes de energías renovables.
La energía eléctrica en Estados Unidos proviene de cuatros fuentes: combustibles fósiles, energías renovables, hidroeléctrica y nuclear. El porcentaje de generación de energía eléctrica subió del 22% en el 2022 al 23% en el 2023 y para el 2024 se proyecta un 25%. De los diferentes tipos de energías renovables, la que presenta mayor crecimiento es la eólica y a su vez es la de menor costo.
Actualmente, las energías eólica y solar son las opciones ideales cuando se trata de fuentes de energía limpias y sostenibles. Son las de más rápido crecimiento, las más baratas y generan menos daño al ambiente, aunado a lo anterior no dependen de una serie de factores asociados al las industrias de los combustibles fósiles y nucleares; en consecuencia son las fuentes de energía renovables en el futuro, sin descartar a otras que están en fase de investigación; en este sentido el Departamento de Energía de los Estados Unidos para 2023, reporta a la energía eólica como una de las fuentes más baratas a nivel nacional, proporcionando el 10% de la electricidad total en todo el país, más del 60% de la energía en Iowa y más del 40% de la energía en Dakota del Sur, Kansas y Oklahoma.
Catorce estados instalaron nuevas turbinas eólicas terrestres a escala de servicios públicos en 2022. Texas instaló la mayor capacidad, con 4,028 MW. Otros estados líderes fueron Oklahoma y Nebraska, cada uno de los cuales agrega más de 600 MW de capacidad en 2022
Las turbinas eólicas continuaran creciendo en tamaño, potencia y cantidad. De acuerdo a lo descrito anteriormente, ya en Estados Unidos se comenzó con la sustitución parcial de algunas fuentes de energía contaminantes por otras renovables como una politica de estado. Por supuesto faltan por considerar otras fuentes, como la solar, mareas y otras, asimismo a las que están en fase de experimentación y/o investigación, tales como el hidrógeno verde, mini centrales eólicas voladoras, potencial energético de la lluvia, etc.
Como los combustibles fósiles son recursos cuya producción y consumo a futuro comprometen la calidad de vida de todos los seres vivos en este único planeta que habitamos, no queda otra alternativa que invertir e implementar tanto en las tecnologías disponibles actuales, así como en nuevos proyectos para la obtención de energías más limpias y sostenibles, las cuales también representan nuevas oportunidades de negocios; de tal manera que se espera que la producción y el uso del vehículo eléctrico se vea incrementado en la medida que se disponga de más electricidad proveniente de fuentes de energía renovables, lo cual probablemente ocurriría en un tiempo menor al inicialmente estimado, trayendo como consecuencia que la huella de carbono se también se reduzca gradualmente producto de la implementación del uso de nuevos materiales y tecnologías.
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